Coaching, coachingDVida, InteligenciaEmocional

Y tú ¿a qué esperas?

De vez en cuando pienso en lo que me decía un amigo, Jesús, antes de abandonarnos para siempre: «por las noches sueño y vivo hasta que me despierto. Ese instante siempre es terrible: me muestra mi realidad. Vive todo lo que puedas, José Luis, despierto.«

Llevaba toda la razón. Nosotros, los que nos creemos vivos, en cambio, aparentando que el tiempo nos sobra, dejamos pasar los días sin vida mientras soñamos con la muerte.

Creo que es suficiente con mirar a nuestro alrededor, para observar que nos vamos transformando en esclavos de nuestros hábitos y así, como sin darnos cuenta, vamos muriendo muy despacio.

Caemos una y otra vez en los mismos errores. Evitamos los cambios como quién evita cambiar de marca de pantalones, aunque sea consciente que los que lleva ya no le quedan bien. Acomodados, vamos dejando pasar el tiempo como quien sabe todo ha terminado, por miedo a iniciar nuevos caminos.

Vivir es un grato esfuerzo, constante, lleno de sorpresas. Sólo hay que querer enfrentarse a los miedos y querer cambiar el paso que es tanto como cambiarnos a nosotros. ¿Qué es el miedo? El miedo es lo que nosotros creemos que es. ¿Qué es una vida sin miedos? Aburrida.

Tal vez nos hayamos acostumbrado a vivir sólo a medias. Imaginamos, soñamos, pensamos una vida plena pero ¿cómo sería?

¿Por qué no tratamos de descubrirlo por nosotros? ¿Qué nos detiene? ¿Por qué no probamos?

¿Por qué no buscamos metas que nos emocionen? Nos pasamos demasiado tiempo quejándonos por todo, hasta por nosotros mismos. Escribamos en un papel lo que queremos, lo que nos gustaría, y vayamos a por ello.

Despertar con una ilusión, un nuevo proyecto, con una meta que conseguir: eso es vivir. 

Dejarte llevar, sorprenderte, resbalar, caer y levantarte: eso es vivir.

Hace tiempo leí un artículo maravilloso, que me hizo pensar mucho. Es uno de esos artículos que recomiendo leer a alguno de los clientes que contratan mis sesiones como Coach DVida. Lo escribió Bronnie Ware, que era una enfermera que trabajó durante muchos años en cuidados paliativos con pacientes que volvían a sus casas para morir. Ella solía estar con ellos las últimas semanas de sus vidas.

Según Bronnie, cada uno de sus pacientes experimentaba una variedad increíble de emociones en sus últimos días y, curiosamente, cuando alguien les preguntaba por algún arrepentimiento que tenían, o por algo que harían de manera diferente, en todos aparecían los mismos temas. 

Entre esos temas comunes, Bronnie Ware destacó cinco, que eran:

1. Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí. Este fue el lamento más común de todos. Cuando las personas se dan cuenta de que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás con claridad, es fácil ver cuántos sueños no se han cumplido. 


2. Desearía no haber trabajado tan duro. Esto vino de todos los pacientes masculinos que asistí. Se perdieron la infancia de sus niños y la compañía de sus parejas.

3. Ojalá hubiera tenido el coraje para expresar mis sentimientos. Muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que eran realmente capaces de llegar a ser.

4. Me hubiera gustado haber estado en contacto con mis amigos. A menudo no se dan cuenta realmente de los beneficios de los viejos amigos hasta después de semanas de convalecencia, y no siempre fue posible localizarlos. Muchos de ellos habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas que habían dejado que amistades de oro se desvanecieran por el paso de los años. 

5. Me hubiese gustado permitirme a mí mismo ser más feliz. Esta es una sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección. Se habían quedado atrapados en patrones y hábitos antiguos. El llamado “confort” de la familiaridad desbordado en sus emociones, así como su vida física. El miedo al cambio les había hecho vivir fingiendo a los demás, y para su yo, que estaban contenidos. Cuando muy adentro, anhelaban reír de verdad y tener esa estupidez en su vida de nuevo.

Impresionante ¿verdad? Cuántos de nosotros no nos hemos hecho, en alguna ocasión, muchas de estas reflexiones. La gran diferencia es el momento, que aún teniendo tiempo para cambiar, nos negamos a hacerlo.

Tratar de vivir alguno de nuestros sueños antes de que sea tarde. No importa lo que sea, incluso no importa lo que se fracase o los errores que se cometan en el intento. Lo peor es llegar al final quedándonos con la duda:  «¿qué hubiera ocurrido si lo hubiésemos intentado?».

El tiempo pasa y nos damos cuenta que nos envolvemos en nuestras actividades, en nuestras ocupaciones y trabajos y, en cambio, a aquello que es verdaderamente importante no le dedicamos la suficiente atención: nuestra familia. 

Comenzamos el año diciéndonos que se acabó, que a partir de ahora simplificaremos nuestras labores profesionales, priorizaremos tareas y estaremos más con los nuestros, con nuestros hijos, con nuestra pareja, con nuestros padres y hermanos. A los pocos días hemos vuelto a enredarnos en esa tela de araña, que nos lleva sin darnos cuenta de que lo que perdemos no lo volveremos a recuperar.

Cuántas veces no nos hemos arrepentido de dar ese primer paso para conocer a alguien, de dejar escapar el momento. O de haberle dicho a esa persona, que de verdad nos importa, lo mucho que le queremos. O de habernos ido a la cama sin solucionar una discusión con un familiar o un amigo. O, por otro lado, por qué no nos hemos quitado de encima a ese pelma o antipático que lo único que nos genera es malestar. O haber dicho que NO más veces.

O cuántos de nosotros, envueltos en esa vida familiar y laboral, hemos dejado de lado a los amigos. Es verdad que los amigos no son la familia, es cierto, pero en algunos momentos y casos, algún amigo ha demostrado ser más que alguno de tu familia. Es verdad que a veces, los amigos, son esos que te enredan, o son la excusa perfecta para dejarte llevar, echar unas risas y llegar tarde a casa. Pero es verdad, también, que aquellos que tenemos el privilegio de tener unos cuantos Amigos, de los de verdad, hemos comprobado cómo, en ocasiones, en esos momentos no tan divertidos, pueden estar al nivel de la propia familia. Con los años uno tiene que ir filtrando las amistades, como la mochila de la vida, por eso, con los años, uno sabe el que verdaderamente es amigo o interesado. Es esencial tener Amigos.

Cuántos, cada día, no cambiamos nuestras vidas por no arriesgar, por no salir de esa aparente zona de confort, o por no romper con esas creencias establecidas por otros. Luego puede ser tarde, luego llega el momento de los arrepentimientos, de los «podía haber hecho… pero no hice».

Ahora, en este momento, no es tarde todavía. Realmente, ¿a qué esperas?

La vida se nos va desde el momento en el que nacemos. 

Este, ahora, es tu momento. Vívelo como quieras. Nadie puede obligarte a vivir como no quieres. Nada tiene por qué quedarse en un pensamiento o en un sueño. Desde luego que hay dos formas de morir: una es habiendo vivido y otra es habiendo muerto en vida.

José Luis Moreno

Coach Personal

@jlmorenot

@CoachIServices.

Contacto:

jlmoreno@coachintegralservices.com

Teléfono: 630 161 791

jlmorenofoto

Consultor Empresarial. Coach Personal, Empresarial y Político. Escritor y Conferenciante. Founder de Coach Integral Services Consultora. Gerente de la Fundación Democracia y Gobierno Local. Consejero del Consejo Internacional de Emprendedores y Empresarios. Creador de la Marca #liderandoT y #versosdArte.  Blog Cuando el Silencio Me Llama.

Ha sido Director General de Empleo en la Comunidad de Madrid. Director General de Infraestructuras de Educación en la Comunidad de Madrid. Director de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid.

2 comentarios en “Y tú ¿a qué esperas?”

  1. Hola me podría informar de algún libro para iniciarse en el mundo del coaching y también algún libro de entrenador personal deportivo.
    Un saludo

    Me gusta

    1. Buenos días Pedro. Mira un libro fantástico que acaba de publicarse es ‘Pon un coach en tu vida’ de Laura Chica. Es una perfecta guía de iniciación con mucha bibliografía y muchos datos para, seguidamente, continuar el camino del Coaching si te gusta.
      Un saludo y gracias por tus comentarios.
      José Luis Moreno

      Me gusta

Deja un comentario