Diarios, estoicismo

La posibilidad de lo imposible. Semana 37

M/13.L

Sales de casa, caminando. El día es estupendo. Todavía en la oscuridad de la noche, la temperatura es ideal. Piensas que ojalá estuviésemos así todo el año. Ese invierno te devora, te deja sin fuerzas. Pero son de las cosas que no puedes cambiar.
Piensas en la muerte. Necesitas algo, necesitas creer. Los padres se hacen mayores, la enfermedad terminal del tío. ¿Qué estará pasando por su cabeza en estos momentos que vive? En la tuya bulle, cada vez en más instantes, esa idea de impermanenciaVenimos a este mundo para abrazarlo y cuando más enamorados estamos de él, cuando hemos dejado de pelearnos con él, nos marchamos sin más. Así la vida.
No tienes nada claro que algo que la naturaleza nos da, como es la vida pero también la muerte, seas capaz de gestionar acorde a la propia naturaleza de tu Ser. No estamos hechos para separarnos de quien queremos, no quiero despedirme de nadie, ni siquiera de mí.

Tal vez no es que no estemos concentrados, que hayamos perdido esa capacidad de estarlo, es que con tantos estímulos externos perdemos la motivación para focalizarnos en uno con continuidad y compromiso. Así vamos.

“Al final, todo se resume en ser amable”. Gandhi

Cambiemos antes de que las circunstancias nos obliguen a hacerlo.

Hay librerías en las que compras y librerías en las que solo pasas a ojear, a ver, a cotillear. Estas las recorres, hueles los libros, tocas esas novedades impresas, y te marchas de vacío.
Lo sueles hacer en tu caminata de media mañana. Te gusta acercarte caminando, sentir lo literario, sentirte que formas parte de un mundo del que no eres parte, como mucho aprendiz. Te vas con ese perfume a tinta impregnado en las manos. Y sonríes. Es tu momento de felicidad del día. Si algo te ha interesado, a la tarde vuelves, a otra librería, y te llevas el tesoro para colocarlo en esa estantería que hace de cofre de tu vida. Siempre sabrás, aunque pasen los años, cuándo y dónde fue tuyo.

Solo aquél que es protagonista de situaciones verdaderamente difíciles, sabe que ello te ofrece la perspectiva de hacerte vivir más intensamente y trabajar en la calidad de vida tuya y de aquellos que te rodean.
Te das cuenta que lo difícil es conseguir transmitir valores que nos ayuden a vivir con mucha más sencillez y felicidad. 
Hay personas que, sin ser conscientes de ello, transmiten esperanza, seguridad. Casualmente son esas personas que no viven en la abundancia pero son abundantes en valores, en principios. Modelos de personas que no se rinden ante la adversidad.
Por todo, hoy que terminas bastante agotado y dispuesto a enfrentarte a otra semana con la misma pasión y energía que siempre, sientes que no hay que temer al futuro incierto y lo que sí debemos es enfrentarnos a las adversidades del día a día como nos vengan, si vienen.

Estos días no has escrito mucho. Ni has tenido tiempo ni momentos para ello. 
La escritura sirve, entre otras cosas, para ordenar todo lo desordenado que está dentro de nosotros.
Te gustarían tantas cosas que no son, que a veces crees que el tiempo no te va a permitir cumplir. Por eso, el tiempo, nuestro tiempo, es nuestro tesoro.
No perdamos de vista nuestras metas, no nos despistemos. Si pierdes de vista tu meta, serás esclavo de lo inmediato. Siempre decides: o luchas o te dejas hundir. Elige, no te rindas.


M/14.M

Te acostaste con la misma sensación de estrés y agobio que has levantado. Preparas la agenda y no encuentras ni un solo hueco. Se te van acumulando temas pendientes.

Hablaste anoche con el padre y luego con el primo S. Habéis decidido ir a ver al tío el sábado. Crees que es lo más acertado, no hay que dejar las cosas pasar más tiempo no sea que luego sea tarde. Sabes que las emociones deben contenerse por el bienestar de él que, al fin y al cabo, en estos momentos, es lo único que importa en la familia. No sabemos lo que puede saber, lo que puede intuir; hay cosas que no hace falta te las cuenten. Debe llegar ese momento, no lo sé, en el que te des cuenta de lo que ocurre. Ojala y esos dioses, si verdaderamente están ahí, le diesen mucho más tiempo y, sobre todo, digno y sin sufrimiento, para disfrutar de más vida.

La cueva es uno de esos símbolos que representa la oscuridad y también el misterio; representa la transformación y el renacimiento; el refugio y la protección. La cueva representa la búsqueda interior, la iniciación y esa conexión con lo subterráneo y espiritual.

Es absurdo vivir como si lo fuésemos a hacer mil años, ni siquiera cien. La muerte es algo que está en nosotros, cada día.
¿Cuál será ese último abrazo a esa persona que queremos?
¿Nuestro último vino con los amigos?
¿Nuestro último aliento?
¿Cuándo verás por última vez a tu hijo?
Cada momento es un regalo para comportarnos bien, para ser mejores, para abrazar o decir te quiero, para sonreír. Luego, ese luego, ni siquiera sabremos que no estamos. Porque no estaremos.
Por eso es tan importante acostarse cada día satisfecho de tus acciones, tranquilo, habiendo dicho te quiero a quienes para ti son importantes, habiendo pedido perdón si crees que has cometido un error. Habiendo hecho, simplemente, lo correcto.
Lo último que hagamos será nuestro sello.
No dejes nada malo en ti, nada bueno por hacer, nada por sentir.
Actuemos cada día de la mejor manera posible.
Seamos buenos mientras Somos.

En la filosofía estoica se hace fundamental esa idea de aceptar la muerte como si fuese un evento natural del que no podemos huir porque a todos llega, a algunos demasiado pronto a otros más tarde. Destaca también lo absurdo de esa angustia por la muerte, como cuando Epicteto escribió a Meneceno“mientras nosotros existimos ella no existe, y cuando ella existe nosotros no existimos”. La muerte es algo que a todos nos espera, porque desde que nacimos como humanos se nos anuncia que somos mortales, pero el estoicismo enfatiza en que la necedad de las pasiones humanas se imponen a esa visión racional, así los seres humanos intentamos desentendernos de nuestra mortalidad, y gastamos la vida como si fuésemos a vivir siempre, olvidándonos de nuestra fragilidad vital.
En una carta consolatoria dirigida a Polibio, Séneca, mi gran compañero Séneca, alude a la ‘Codiciosa ilusión del ánimo mortal’, esa que ocasiona que el ser humano se muestre reacio a aceptar su naturaleza mortal, obstinándose en olvidar su obligatorio destino, pero sin poder huir de su recuerdo porque los sucesos de la vida en un momento o en otro se los rememoran. Para el estoicismo ese recuerdo de que somos mortales es argumento suficiente para perseguir la Virtud, la Sabiduría y la Tranquilidad del Alma, a través de una ética en que la Razón guía la vida. Esto no quiere decir que por esa inminente llegada de la muerte, la vida carezca de sentido, todo lo contrario. En esa ética estoica, nuestra mortalidad dota de sentido la vida misma, porque comprender la naturaleza y vivir de acuerdo con ella es lo que da al ser humano la Sabiduría, y la muerte es inherentemente natural.


M/15.X

Aeropuerto. Comienzas el día corriendo, con prisas, acelerado.
Te equivocas de termina. Es la primera vez que te ocurre. No has mirado el itinerario del viaje y te has ido, como de costumbre a la Terminal 4. Justo cuando te disponías a sacar la tarjeta de embarque lo has visto. Momentos de tensión y nerviosismo. No sabías cómo actuar. No tienes claro la distancia de una a otra, por dónde ir. Te has sentido perdido. Te has sentido ignorante.
Siempre vas con tiempo de sobra. Preguntas. Un autobús gratuito te ha llevado a la terminal debida.
Ahora tomas un café mientras intentas calmarte. Estas cosas te alteran. En breve vuelas a Santiago de Compostela dónde te recogerán para ir en coche hasta la ciudad de Lugo.
Anoche te acostaste más tarde de lo previsto. No has descansado todo lo que esperabas o deseabas. El avión te permitirá algo de paz.
Hace años que no visitas Lugo. Lugo es una ciudad pequeña de origen romano, fundada en el año 25 a. C. por Paulo Fabio Máximo.  Es la más antigua de Galicia. En la época romana recibió el nombre de Lucus Augusti. Es agradable caminar por sus murallas y calles.

“Una vida larga, sana y feliz, es el resultado de realizar aportaciones, de tener proyectos significativos que sean personalmente estimulantes y mejoren y hagan felices las vidas de los otros.” Hans Selye

Chisporrotea. Has bajado del avión en Santiago de Compostela lloviendo, no ha dejado de hacerlo. En Lugo, ahora, llueve también.
Habéis comido en O Tentáculo, un lugar agradable que no era lo que pretendía, buscaba bueno, bonito y barato, pero que ha resultado un acierto. El pulpo espectacular. Ahora tienes un rato y tomas un gin junto a la Plaza Mayor. No sé, parece nunca has estado aquí, pero has estado. Es una de esas ciudades de historia, en este caso romana. Te gusta aunque no llegues a hacer tuya.
Quieres volver a recorrer la muralla.
Quieres hacer tanto.
¿Me dará tiempo la vida?
Este momento. Un rato de paz.
Caen gotas sobre el toldo de la terraza donde estas.
No sabes muy bien cómo estás.

M/16.J

Despiertas con tanto sueño que vas a recordar todo el día el último chupito de licor de café ayer.
Cielo gris. Todo apunta a lluvia.
En un rato inauguras la jornada sobre servicios sociales y reto demográfico.
La cena de ayer fue bastante agradable. No es tu ambiente pero consigues llevarlos, académicos, más a tu ámbito. Mantienes los equilibrios y consigues hacerles hablar de otras cuestiones sin llegar a comprometerte. Una de las ponentes, profesora universitaria, resultó que está actualmente prestando servicio técnico jurídico, como asesora en Moncloa, más concretamente en el gabinete del secretario de estado de relaciones con las cortes. Analiza normas, leyes, decretos, que luego aprueban en el consejo de ministros o parlamento.
Es real el engreimiento del actual Presidente del Gobierno de España. No es algo que el resto de los mortales percibamos. Es una realidad. Lo traslada, lo es, se lo cree.

A qué dedicas tu tiempo tiene que ver con quién eres. El tiempo eres tú y te hace.


M/17.V

Aeropuerto de A Coruña. Has tenido que darte un buen madrugón. A las cinco estabas en marcha. Ayer te suspendieron el vuelo que tenías hoy de Santiago a Madrid y tuviste que hacer cambios sobre la marcha porque no había muchas posibilidades. Trenes completos. Única opción desde Santiago de Compostela volver mañana. Todo se complicaba. A última hora te encontraron esta opción, salir desde este aeropuerto, temprano. No lo pensaste. Necesitas llegar a casa y viajar a Minaya. Ya descansarás allí, te dices.
No ha dejado de llover en ningún momento.
No lees, no escribes. Estas como desorientado. Los viajes, el no parar ni a pensar, te están generando una situación de desorden como nunca habías tenido, poco habitual en ti.
Tomas un café caliente hasta la hora de embarque. El taxi que te recogió en el hotel ha tardado poco menos de una hora en llegar aquí. No son más de 80 kilómetros la distancia. Has llegado con tiempo de sobra, como siempre.

La persona inflexible no es buena compañía, pues tiende a no escuchar, no es objetivo en sus análisis y se niega a considerar otros puntos de vista. La persona inflexible busca imponer por la fuerza lo que es incapaz de argumentar con la razón.

Hoy despertaste en Santiago de Compostela, cogiste un avión en A Coruña para volar a Madrid. De Madrid a Valdemoro. Ahora miras tu patio desaliñado y tus cielos de Minaya. No puedes decir que no estás cansado, lo estás.
Comerás con los padres en el restaurante de T, en el paseo.
Deberías tomártelo con calma, a ver si es posible.

“El signo y la actitud que distinguen al filósofo es que espera que todo beneficio y todo daño provengan de sí mismo”. Epicteto


M/18.S

Despiertas congestionado y con dolor de cabeza. Piensas que es la alergia pero también podría ser un resfriado.
No te acostaste tarde. Las cervezas con los amigos. El padre quiere seguir arreglando la parra antes de ir a ver al tío. No deberías estar mucho tiempo en el patio ni en el campo.
Tal vez pueda deberse, también, a ese cansancio que acumulas.

Todos los días son un regalo. Este, aquí, lo es mucho más.

Habéis estado en Albacete visitando al tío S. Un cálido abrazo. Está cansado, come poco y el tratamiento le deja hecho un trapo.
Hemos disimulado la visita con excusas, todo con el ánimo de que él no se desanime y no piense que tiene una difícil mejoría.
Tan elegante como siempre, pero sin fuerzas. Cuando la luz de la vida se va apagando parece que todo nuestro ser se ensombrece.
Estaban los primos, dos de ellos, faltaba el pequeño, J, trasladando a sus padres un cariño enternecedor y ejemplar. No se pueden permitir ser vencidos por el desánimo; he sentido cómo generan un ambiente de positividad dentro de una situación tan indeseable.
Con el primo S pude hablar a solas. Le he visto fuerte, asumiendo lo inevitable con entereza y tratando que su padre tenga los mejores días que le queden. Ojalá sean los máximos.
Es cierto que a la vida debemos enfrentarnos como nos viene, pero joder, en ocasiones viene con los cuernos de punta y no da tregua.
Hay por ahí gentes que son una calamidad, indeseables que no se cuidan, que andan echando papeletas para que les pase de todo, pero nunca les pasa de nada, todo lo contrario, parece no tener límite.
Y luego están esas buenas personas, que han dedicado su vida a trabajar, a cuidar de su familia, a ayudar a los demás, y parece que sobre ellos caen todos los males.
Tanto la tía como el tío sí pueden estar seguros que lo mejor que han hecho son sus hijos, los primos, y pueden sentir un orgullo inmenso por ellos.
En el viaje de vuelta habláis poco, el padre y tú, sobre el tema. Ambos vais pensando lo mismo. No queréis hablarlo. Simplemente comentáis en volver la próxima vez y abrazarle otra vez.

Necesitas descansar el alma, es fundamental para sentir tu Ser.


M/19.D

Despiertas a este día, en el que cumples 56 años, con dolor de cabeza, alergia, constipado y ganas de no moverte del sitio.
No has dormido bien, nada bien. Tenías escalofríos. Incómodo y con pesadillas.
Marcó la diferencia ese coro de pajarillos que sin pensarlo te dedicaron un feliz cumpleaños.
No recuperas.

Mi mente y mi corazón están en ese silencio que la paz provoca. Vuelves a nacer y vuelves a tener la oportunidad de Ser. Cada año es uno menos, no lo desperdicies.

A las nueve y media tomabas café en Valdemoro. El mejor regalo que te puedes hacer hoy es comer con tu hijo y dedicar el día a la lectura y el descanso. Reponerte para la semana.

“La vida es ondulante”, lo escribió Montaigne pero lo digo yo. Las enfermedades, el fracaso, la vejez, las deslealtades están ahí, acechándonos.
No podemos controlar todo y menos nuestro destino. Sí podemos hacer presente y enfrentarnos a la adversidad con la máxima valentía.
Lo que soy, dónde he llegado, para bien o para mal, es fruto de casualidades, de carambolas que poco o nada han tenido que ver con mis decisiones.
Y así seguiré.
Hoy, aquí, sentado sobre mi culo. Mañana, el Dios que tenga que decirlo, lo dirá. La guerra más difícil siempre es la que mantenemos con nosotros.

Unos vinos con los amigos, almuerzo con mi hijo. Tan mucho suficiente. Ese rato con él lo es todo y es esa felicitación que esperas desde que despiertas. Es verdad que no es especialmente cariñoso, tal vez tú tampoco lo seas, pero sí que es familiar. Continua priorizando esos momentos en familia que otros muchos, con su edad, excusarían.
Y así terminas este día, con una leve mejora en los síntomas de alergia que te ha tenido todo el fin de semana en muy baja forma.
Esta semana que entras no viajas. Podrás reorganizarte, podrás ser tú. Tienes mucho trabajo acumulado, también lecturas y páginas que escribir.
Organización y atención.

La presencia es algo que se pierde fácilmente. Esa presencia en el sentido de estar aquí y ahora. De ser en este preciso momento.
Si queremos ser demasiadas cosas a la vez lo normal es que dejemos de ser; cuando uno está en todas partes, en realidad, no está en ninguna.
Es muy importante decidirse a estar en el presente. Es tu mejor decisión.
Nadie nos obliga a estar constantemente preocupados por el futuro, tampoco a sufrir por el pasado.
Nadie nos obliga a desear estar en otro sitio. Tampoco a desear que nuestra situación sea diferente.
Dediquémonos por entero al presente. Con esta manera de actuar difícilmente  las consecuencias futuras serán malas. En el presente siembras e, independientemente de si llegas o no, en el futuro recoges.
Uno de esos componentes de la felicidad es la satisfacción con el momento presente. Esto solo se consigue apreciando la propia existencia; uno solo existe en el presente.
Yo mismo suelo perderme mucho por estar temiendo por el futuro.
El futuro llegará de la manera que sea. Un alma que se ha enfrentado conscientemente a cada momento presente será capaz de soportar y disfrutar cualquier devenir.
El único poeta estoico que podemos leer a día de hoy, Persio, decía “Vive pensando en la muerte, el tiempo vuela, esto que te digo ya es pasado”.
No debemos vivir hoy como si fuera nuestro último día, pero tal vez debamos planteárnoslo como si pudiera ser el último. Porque existe esa posibilidad; quien la pasa por el alto es quien desperdicia sus días.
Mientras hablamos del presente ya se ha convertido en pasado. Es muy fácil perderlo de vista. En cuanto tratamos de hablar sobre él ya ha pasado al dominio de la muerte.
Mejor vivir lo que podemos vivir. Nunca en otro momento. Nunca en otro lugar. Ahora

Deja un comentario