Ayer no pude acudir por aquí. Estaba totalmente indispuesto. Las molestias en el estómago, en ocasiones son más desagradables de lo normal, y ese fue el caso. Es difícil doblarme, pero está claro que ni soy de hierro ni tengo esa edad que todo lo aguanta. Así que tocaba reposo, aunque me saltara la cita en este Diario de Alarma.
Recuperaremos el tiempo.
Cuando nos sentimos mal, uno se queda sin ganas de nada. No le apetece ni pensar, porque lo que piensa, normalmente, no es adecuado.
Algo no debió de sentarme bien, me mantuvo completamente ‘varado’ todo el día. Tanto es así que no escribí, ni siquiera, mi PPD (Primer Pensamiento del Día), ni nada que se le pareciese. ¿Pensamientos? No era no tener ganas, es que no había pensamientos más que de esos negativos, que nos vienen a buscar cuando no te encuentras.
Sin darnos cuenta, o sin querer darnos cuenta, hemos pasado 90 días, 3 meses, desde el inicio del Estado de Alarma. Estado que, por cierto, permanecerá hasta, al menos, el próximo día 21 del mes corriente.
Parece que fue ayer, pero son 3 meses de nuestras vidas que han marcado nuestra historia y la historia del mundo.
No me toca hoy hacer repaso, el día 101 lo haré porque será cuando llegue a su fin este Diario de Alarma. Absurdo, sí. Quedará por ahí entre tantos, como páginas de una historia que hemos vivido y que no ha acabado.
Parece que fue ayer, aquel viernes 13 de marzo en el que todos llegamos a nuestras casas, para quedar confinados por un tiempo indeterminado.
Cuántos miedos, cuánta incertidumbre, cuánta reflexión. Pudo haber sido ayer, pero no es así, fue hace ya tres meses.
Me gustaría pensar que no nos olvidaremos, pero sé que no será así. En poco tiempo habremos olvidado todo, y volveremos a lo nuestro, sin importar siquiera que en el tiempo, muchos habrán marchado para no volver.
Pero aunque no lo queramos ver, nos enfrentamos a una realidad diferente. Una realidad que tendremos que aceptar y a la que tendremos que adaptarnos.
Normalmente la frustración procede del hecho de no aceptar esa realidad.
☝️ Si cambia la realidad nosotros estamos obligados a cambiar con ella, si no lo hacemos así nos quedaremos atrás.
➡️ Todo lleva su tiempo y, normalmente, tiempo es lo que no tenemos.
Hoy pensaba que ayer, involuntariamente, o no, perdí el día. Un día que no podré recuperar jamás. Un día de vida.
Cuántos días habremos perdido y, sin darnos cuenta, cuántos días perderemos.
Nunca dije que la vida fuera fácil. No lo es. Hay dificultades que vienen y dificultades que nos buscamos nosotros mismos.
Si todo cambia y tu no cambias, terminas por quedarte atrás.
Y cada uno de nosotros tenemos nuestra responsabilidad en todo. Debemos admitirlo y seguidamente responsabilizarnos.
Ayer, que no tenía el cuerpo para muchos trotes, pensaba y repasaba los días.
Me doy cuenta de lo difícil que se nos hace, a veces, enfrentarnos de verdad con los problemas. El tiempo que tardamos en tomar la decisión de afrontarlos y enfrentarnos a ellos.
Qué importante es la actitud, que no la aptitud. Cómo reaccionamos a esas dificultades que aparecen en el camino. Estos meses, han sido un verdadero aprendizaje que te deja esa sensación de que todo se puede superar, excepto una cosa.
☝️ Hay problemas que nos vienen porque nos vienen, y otros porque los buscamos. Ambos, los unos y los otros, pueden ser superados si tenemos la actitud correcta.
La actitud frente a la vida nos hará caminar o, simplemente, será como uno de esos virus gástricos que te dejará ‘varado’, como ayer.