Y parece que seguimos sin plan. España es el único país de Europa, que no cuenta con un plan específico para salir de esta situación de confinamiento en la que nos encontramos.
Así he despertado hoy, pensando en esto.
No es lo mismo despertar con objetivos claros, con esperanza, con luz, aunque sea a lo lejos, que sin nada.
A los ciudadanos no se nos ofrece nada más que, semanalmente, una prórroga del estado de alarma. Es como si se pretendiese una tortura. No se ofrece esperanza, se ofrece más de lo mismo.
Estoy de acuerdo, lo analizo mucho, en dejar de planear, programar nuestras vidas. Los planes y programas pueden generar cierta ansiedad, incluso frustraciones. Una cosa es eso y otra conocer, ante una situación adversa como la que vivimos, a qué nos enfrentamos. Es como si nadie lo supiera. Es como si caminásemos sin una dirección concreta que lleve a algún punto de llegada, se tarde lo que se tarde. En fin.
Es domingo, termina ya. Podría ser martes o jueves o lunes. ¿Qué más nos da?
A mi alrededor oscurece. Pienso ahora en mi hijo. No sé muy bien lo que pasa por su cabeza en esta situación. Su día a día, como el del resto, se ha visto trastocado. Es, era, su primer año universitario y todo está envuelto en un desorden. Ni siquiera en eso existe un acuerdo claro de por donde irán. No hablamos mucho de la situación, simplemente lo hemos asumido. Todos lo estamos asumiendo de una manera o de otra.
Siempre, cada noche, le deseo lo mismo: que la luz siempre ilumine su camino y que su corazón no de je de ser puro. Que si comete errores, que debe cometerlos, que no sean aquellos que su padre cometió. Que todos y cada uno tenemos un trabajo que hacer en este mundo; si no lo hacemos lo mejor posible habremos vivido para nada.
No me leo. Algún día volveré sobre estas páginas. No trasladar miedo se convierte en una especie de responsabilidad en aquellos que escribimos algo, bien o mal. Dejémoslo en regular.
Esto va a pasar. No sabemos la fecha exacta, nadie nos dice nada, es parte de la incertidumbre, pero pasará.
Todo será más llevadero si continuamos creando, trabajando, proyectando; si hemos seguido activos.
➡️ Mente: escribir, leer, estudiar, crear, proyectar.
➡️ Cuerpo: alimentación, caminar, meditación, dedicar un pequeño tiempo diario a realizar ejercios básicos.
➡️ Rutinas: organización, orden.
➡️ Relaciones: seguir en contacto no solo con los nuestros, eso se da por hecho, sino con los amigos y compañeros, con los contactos más o menos habituales. Contagiar positividad, alegría, esperanza.
➡️ No discutir. Con nadie. Evitar los conflictos. Son momentos de nervios, de ansiedad, de desconfianza. Calma.
➡️ Gratitud. Cada día. A la vida, a todos los que nos rodean, a Ser.
➡️ Enfocarnos en lo positivo.
➡️ Emociones. En estos momentos diría que que lo emocional es más importante que lo físico.
➡️ Actitud. La actitud con la que cada uno de nosotros decide en cada momento, su momento, afrontar esta circunstancia.
➡️ Explorar, buscar el orden, la belleza, la calma. Lo que no estaba.
¿Cómo lo estás afrontando?
Debemos pensar que todo es transitorio.
Es cuestión, como ya he dicho, de actitud.
Permítete ser sincero, auténtico y, sobre todo, compasivo. No son postureos, creo que es un momento para abrirte definitivamente a los fundamentos inconscientes de tu ser esencial.
Y mañana será lunes… ¿no?
Buenas noches…