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‘Día 2: en Calma. #1DíaMenosCoronavirus’ por JL Moreno Coach

El silencio puede ser una traslación del estado del alma. Puede ser el principio de todo o el fin de la nada.
He despertado pronto, en silencio (por ayer). Un silencio inhabitual en domingo.
Notaba molestias en el estómago y abrí los ojos con una leve tos. La de siempre. Ahora cualquier cosa  supone una alarma. Algo en lo que nunca nos deteníamos a pensar; el sonido de la respiración, un suave carraspeo o dolor de garganta, una molestia en el pie, todo nos produce temor.
He estado, en las últimas semanas, viajando de allá para acá, en AVE, avión, transporte público. He tenido reuniones y eventos, saludando, abrazando, como solemos hacer en España. Cualquier malestar interno se convierte en alarma.
Todos tenemos algo de miedo. Es lógico. El miedo es libre. Si no hay miedo hay temeridad. El miedo genera prudencia y la prudencia termina por vencer las adversidades.
 
Salí a comprar los periódicos. Pensaba no encontrar a nadie en la calle pero no ha sido así. Personas caminando, haciendo deporte, chavales en bici y con balón, algún coche y, eso sí, al igual que yo, muchos con sus perros disfrutando de un inmenso sol.
Dice el gran filósofo Pascal que

«Todas las desgracias del hombre se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente sentado y solo en una habitación.»

Qué gran verdad.
En estos momentos necesitamos de calma. Calma para pensar, calma para Ser. Calma para organizar nuestros pensamientos, nuestro tiempo. Calma para controlar esas emociones negativas que sin duda van a intentar controlarnos.
Comienza un reto para todos nosotros y, sobre todo, a partir de mañana lunes: Calma y Organización.
Debemos identificar nuestros miedos y esas emociones negativas que nos provoca. Todos las tenemos. Hay que aprender a controlarlos. Vamos a tener tiempo.
Es tiempo de Prudencia, Serenidad, Calma, Responsabilidad; frente a ello nos vamos a encontrar con Agobio, Angustia, Ansiedad, Miedo, Incertidumbre.
Nadie nos ha enseñado a mantener la calma. Normalmente vivimos, o hemos vivido, con prisas,  como nos ha dado la gana, sin haber considerado jamás tener una educación para las emociones, para la inteligencia emocional. Daniel Goleman en su libro Inteligencia Emocional establece la importancia que tiene el conocimiento y manejo de las emociones en la vida humana, en donde el autoconocimiento, el autocontrol y las habilidades sociales son determinantes para nuestro caminar en el mundo.
Yo mismo, cuando escribo de ello, o en alguna charla, me encuentro con comentarios despectivos sobre estos temas de desarrollo personal, tan importantes en momentos como los que ahora vivimos.
Ser coach me ha enseñado muchas técnicas y herramientas para enfrentarme a situaciones o circunstancias adversas. He superado experiencias negativas de una u otra manera, no siempre sin daños personales, pero al menos he sabido analizar y reflexionar sobre eso que me provocaba daño que, en la mayoría de los casos, estaba en mi interior. Ahora puedo aconsejar, puedo acompañar y puedo provocar la reflexión y el cambio en los demás. La tranquilidad emocional no deja de ser una medida más de defensa y prevención.
Estamos en Estado de Alarma. Es algo que está fuera de nuestro control y que, por más que nos empeñemos, no va a cambiar al menos en los próximos 15 días. Es un estado de alerta que sin duda afecta a nuestros hábitos y a nuestras relaciones habituales. Afecta a nuestras costumbres y, debo decir, afecta a nuestra salud mental.
Lo primero que debemos pensar es que estas medidas se establecen para hacer frente a un riesgo de contagio, no por la gravedad del dichoso virus en si.
Nuestra reacción siempre es el miedo. Y el miedo, como vengo comentando es una reacción que nos pone en alerta, nos genera prudencia y nos permite organizarnos.
Pero el miedo no debe bloquearnos y, para ello, yo aconsejo la calma, la responsabilidad y la paciencia. Sea o no peligroso, que en este caso no lo es, debemos proteger a las personas más vulnerables.
Vamos a estar un tiempo físicamente aislados, pero no tenemos que estar emocionalmente aislados. No hay que asustarse. Calma. Calma.
El estrés, producido por el miedo, disminuye el rendimiento.
Gestionar emociones y mantener la calma supone rendir o no rendir, caminar o no caminar.
El nerviosismo y la no calma nos lleva a tomar decisiones imprudentes.
Ponte en estado de Calma y…
  • Aprecia lo que tienes, sea lo que sea. Lo más importante es la vida y lo tenemos. Demos cada día gracias por ello.
  • Las cosas pueden tomar un millón de direcciones diferentes. No pienses en lo que hubieras hecho. Piensa en lo que puedes hacer a partir de ahora.
  • Duerme. Descansa. Duerme un mínimo de 7 horas. La única manera de que tu cerebro se recargue es descansando, durmiendo.
  • No puedes controlar las circunstancias actuales pero sí responder a ellas. Tómate tiempo para poner la situación en perspectiva.
  • Ante situaciones complicadas concéntrate en otra cosa. No es fácil. No le des más vueltas a lo mismo. Haz algo diferente.
  • Muévete. Salta. Baila. Camina.
  • Todo se supera.
  • Siempre hay una salida. A veces hay cosas que no están en nuestra mano evitar.
  • Debemos estar preparados para el peor escenario pero, a pesar de todo, debemos saber que todo saldrá bien.
  • Mi amigo Marco Aurelio decía que «todos somos más fuertes de lo que imaginamos». Siempre hay una solución.
  • Deslígate de las redes sociales. Rebaja la recepción de información. Con tres dosis diarias de información creo que es más que suficiente.
  • Mantente ocupado. Genera una rutina diaria. Trabajo y Ocio.
  • Buscar espacios de soledad, sobre todo si estás con otras personas.
Si perdemos el control, nos generaremos todavía muchísimos más problemas tanto para nosotros como para las personas que nos rodean. El pánico es sinónimo de estrés, ansiedad, depresión.  En cambio los obstáculos, las circunstancias adversas, las interrupciones… son parte de la vida y no podemos evitarlos pues no dependen de nosotros. Así que, estimados, calma.
Debemos volver a la esencia del Ser y del Vivir.
Tenemos una gran oportunidad. Hasta ahora combatíamos la incertidumbre, los miedos, con las compras, el salir, el comer, el beber, el Tener más.
La incertidumbre y el miedo hay que combatirlo con la esencia de nuestro Ser, de cada uno. Desde nuestro interior. Todos tenemos ese poder.
Tiempo para aceptar todo. Cada uno a su ritmo.
Nos enfrentamos a un cambio de creencias y de actitud.
 
Si dejamos que las emociones negativas tomen el control, será como otro virus que a la larga terminará con nosotros.
Sin duda que esto va a pasar, pero algo habrá cambiado para siempre.
Feliz noche. En calma.
TT.: @jlmorenoCoach

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