A lo largo de mi vida, en ciertos momentos, sí encontraba motivación en la lectura de las vidas de hombres dedicados al mundo de la empresa o a la banca. Eran épocas en las que hacía mis incursiones en el mundo de la empresa y, parece, de las aventuras o desventuras, éxitos o fracasos, de otros, aprendía más que de los míos. Lo cierto es que, en los últimos tiempos, aunque sigo aprendiendo más de mis fracasos que de mis exiguos éxitos, no encuentro muchos referentes, ni en el mundo de la empresa ni en el de la banca. No existen esos grandes empresarios o banqueros como los de antes, fieles a principios, ideales y valores, humanos y humanistas, ejemplos y referentes para muchos, hechos a sí mismos con sacrificio y esfuerzo.